Desde la entrada al pueblo, la iglesia se distingue en lo alto, dominándolo. Es un edificio del siglo XVI cuyo interior alberga un magnífico retablo romanista dedicado a San Andrés obra del escultor alavés Lope de Larrea.
Tras la iglesia esta el frontón, que se ha hecho famoso porque en él se protagonizaron algunas escenas de la película “Tasio”, donde se narraba la vida de un carbonero. Y es que Viloria, es uno de los últimos lugares de Navarra donde se continua haciendo carbón vegetal. Al final del pueblo, en la zona conocida como “las eras” todavía se pueden ver en el verano las carboneras humeando.
Bajo la iglesia se extiende el pueblo, que cuenta con numerosas casonas que en sus fachadas lucen escudos, principalmente el del Valle, y rejeria en balcones y puertas.
Aquí reside y trabaja en su forja el escultor ingles Paul Montague, que llegó hace unos años buscando algo diferente a lo que su Londres natal le ofrecía.
Cuenta con tres ermitas: La Soledad en el casco urbano, San Antón en el monte sobre el pueblo, y Santa Quiteria en medio de un hayedo en la Sierra de Lóquiz a unas dos horas del camino y a donde los vecinos acuden andando el 22 de mayo en romería.
Las fiestas, que se celebran en honor a San Andrés, antes tenían lugar en noviembre, pero hace unos años que fueron trasladas al mes de agosto.
Viloria cuenta con dos alojamientos rurales: Casa Rural Pakienea (Tel. 638 210 035) a la entrada del pueblo, y Casa Ikigai (Tel. 672 422 007) junto al frontón.